CULTURA CIENTÍFICA COMO "CONOCIMIENTO RESPONSABLE"
Epistemología y cultura científica Tarea 8
“Conocimiento responsable” es la forma de cultura científica que combina el análisis crítico de la ciencia desde presupuestos epistemológicos y la apreciación de su impacto social.
Hay iniciativas que le han precedido y que aún perduran en la actualidad.
Fue fundada en 1969 por un grupo de profesores y estudiantes para protestar por la militarización de la investigación científica y promover una ciencia de interés público. “La principal asociación sin ánimo de lucro basada en la ciencia trabajando por un entorno saludable y un mundo más seguro” según su propia presentación. Combina la investigación científica independiente con la acción ciudadana en la búsqueda de soluciones prácticas innovadoras buscando cambios responsables en la política gubernamental, las práctica corporativas y las opciones de los consumidores. (Jon Umerez)
Trabajan en temas relacionados con el calentamiento global, vehículos limpios, energía limpia, integridad científica, armas nucleares y seguridad global, alimentación y agricultura (vid http://www.ucsusa.org)
Entrando en su página web compruebo ilusionada la gran variedad de temas de interés vital, global y social que abordan en sus investigaciones científicas, así como el compromiso ético con las posibles repercusiones de algunas líneas de investigación, proponiendo soluciones que impliquen a la ciudadanía en la toma de decisiones sobre si han de abordarse determinados tipos de investigación, o se deriven las mismas en otras direcciones.
Me resulta ilustrativa la noticia que publican explicando ¿QUÉ ES LA
GEOINGENIERÍA SOLAR?, artículo publicado el 29 de octubre de 2020,
actualizado el 4 de diciembre.
Explican que la geoingeniería solar es un conjunto de tecnologías para enfriar la
Tierra al reflejar la luz solar hacia el espacio exterior. Los científicos parten de la
necesidad de reducir rápida y drásticamente las emisiones de gases de efecto
invernadero. Y lo es también el eliminar de forma segura y sostenible el dióxido de
carbono de la atmósfera.
Pero estas medidas pueden no ser suficientes ahora ya. Por ello la geoingeniería solar investiga dos enfoques para enfriar la Tierra reflejando la radiación solar de regreso al espacio: un enfoque investiga la inyección de aerosol estratosférico (SAI); el otro enfoque estudia el aclaramiento de nubes marinas(MCB).
La UCS se opone al uso de estas técnicas de geoingeniería solar porque considera que plantean riesgos ambientales, sociales y geopolíticos que son demasiado altos. Apoya, y esto es lo que más me atrae, la investigación de modelos continuos, los estudios de observación y la participación pública fuerte e inclusiva en la toma de decisiones sobre si la investigación adicional debe incluir posibles experimentos al aire libre a pequeña escala y según de qué manera.
No sólo hace una vigilancia crítica de las investigaciones que considera no seguras, sino que al proponer otro tipo de investigaciones permite a la ciencia seguir avanzando.
Y el proponer la participación ciudadana en las decisiones supone formar a la ciudadanía en estos temas científicos ambientales (ahí la epistemología de la cultura científica tiene un trabajo a realizar, clarificando conceptos y procesos, desarrollando principios explicativos comunes a diversas disciplinas; es posible que ya se esté haciendo, ayudando así a la ciencia crítica)..., y hacerla más consciente, colaboradora y participativa en el cuidado del planeta.
La autora del amplio artículo explicativo es la UCS, lo que implica que surge de la colaboración de los científicos de la Asociación que trabajan en temas de geoingeniería, junto a científicos políticos, sociales, y de todas las ramas del saber.
Es un ejemplo de los movimientos que fueron surgiendo a partir de los 60 del siglo pasado como consecuencia de las inquietudes de los científicos por las repercusiones sociales, medioambientales y políticas de las investigaciones que se realizaban, creándose movimientos como Science for the People.
Y que perduran en nuestros días al añadir a las inquietudes por los posibles usos bélicos de la ciencia la preocupación por las repercusiones medioambientales y por las repercusiones de las investigaciones biotecnológicas.
En la web de UCS encuentro también un reciente artículo en su blog, que me llama la atención. DIVERSIFYING POWER Por qué necesitamos un liderazgo feminista y antiracista sobre el clima y la energía.
Un artículo de Jennie C. Stephens, directora de la Escuela de Políticas Públicas y Asuntos Urbanos de la Universidad Northeastern (universidad privada en Boston, Massachusetts, EEUU. Fundada en 1881 en 2003 figuró como la no 1 en educación cooperativa, que promueve y a veces exige a los alumnos el alternar semestres de estudio con periodos de prácticas en empresas colaboradoras de muy amplios sectores)
La publicación en el blog de la UCS es del 9 de diciembre 2020.
Reflexiona que con su formación en ciencias e ingeniería ambiental, tras sus 25 años de experiencia trabajando en el campo técnico del clima y la energía ha aprendido que nuestra incapacidad para dejar de depender de los combustibles fósiles e ir caminando hacia una sociedad organizada en base a energías renovables , lo insuficiente de nuestros esfuerzos para responder a la crisis climática, no se debe a la falta de tecnología, innovación o experiencia científica. Se debe a una falta de inversión y atención social y a la justicia social.
El enfoque actual tecnocrático es inadecuado, estrecho, exclusivo y dominado por
hombres, lo que ella denomina “aislacionismo climático”.
La solución solo se puede lograr con un enfoque inclusivo e integrador de la
política climática y energética.
Las crisis actuales están interconectadas. Cuando la justicia social, la justicia racial
y la justicia económica estén en el centro de las políticas energéticas se podrán ir
solucionando las crisis globales energéticas y climáticas.
Considera que los que toman decisiones enfocan sus objetivos en las cifras de
reducción del carbono, de gases de efecto invernadero, de temperatura media
global..., sin atender las dimensiones humanas asociadas a esas medidas
cuantitativas, proyectando la idea de necesidad de sacrificios y dificultades.
Descartan e ignoran la justicia social. Lo que ha dado lugar a políticas energéticas
y de acción climática que aumentan las desigualdades económicas privilegiando a
los que ya tiene riqueza y poder.
Reflexiona que a pesar de los ideales de libertad e igualdad de los EEU, la cultura
política sigue siendo de liderazgo patriarcal (basada en la dominación, exclusión y
control), y refuerza la supremacía blanca.
Hasta que el liderazgo en materia de energía y clima no sea más diversificado,
incluyendo mujeres, personas de color y líderes indígenas, las políticas climáticas
seguirán siendo estrechas e ineficaces.
Pone como ejemplo el cambio que se ha producido en los últimos dos años en el
discurso nacional sobre política climática y energía con la llegada de cuatro
congresistas jóvenes conocidas como El Escuadrón. Vinculan explícitamente la
crisis climática con la justicia económica y el empleo, la salud y el bienestar, el
sistema de justicia penal y la necesidad de inversiones públicas en vivienda.
Han demostrado cómo construir coaliciones multirraciales y multigeneracionales
en política climática y energética.
En todos los ámbitos de trabajo y de toma de decisiones está claro que la
diversidad enriquece. Los equipos de investigación científica lo tienen claro desde hace
mucho tiempo. Son multidisciplinares, y siempre han integrado mentes, personas,
llegadas de distintos lugares.
En política también se va mejorando la diversificación. La complejidad del mundo
actual necesita la mayor efectividad posible. Y esa efectividad se logra construyendo coaliciones
multiétnicas e intergeneracionales.
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