Envases alimentarios activos y envases alimentarios inteligentes
ENVASES ACTIVOS Y ENVASES INTELIGENTES
Con el desarrollo de la Nanotecnología, definida como el conocimiento y control de la materia de dimensiones muy pequeñas, entre 1 y 100 nanómetros, en todos los campos de la tecnología se ha producido una ampliación en el rango de los productos a los que se puede aplicar los conocimientos que la ciencia está aportando en este campo.
Y la industria de la alimentación es uno de esos campos en los que ya se han introducido innovaciones de los hallazgos de las investigaciones en química, física y bioquímica nanométricas.
Lo que ya está en nuestros supermercados, fruto de las investigaciones en Nanotecnología, son los llamados "envases activos" y los llamados "envases inteligentes"para los alimentos.
ENVASE ACTIVO es aquel que introduce sustancias antimicrobianas, algunas de tamaño nanométrico, combinaciones de gases, dentro del envase, aumentando la vida útil del alimento.
Pueden ser absorvedores o aliminadores de exudados, humedad, por ejemplo, o bien emisores de sustancias protectoras. O realizar ambas funciones a la vez.
Suele utilizarse un polímero sobre la bandeja y bajo el alimento, impregnado de sustancias que pueden retardar la maduración del producto, la proliferación y crecimiento de bacterias y absorción del exudado del producto.
El envase no informa al consumidor de la mejora introducida para conservar el alimento. Llevamos años encontrando en los envases de productos cárnicos de calidad un poco superior al resto de los que le acompañan en la baldas de los supermercados, así como en envases con fruta, bajo frutos rojos de calidad superior, esas almohadillas que permiten al producto mantenerse seco y alargar su vida apta para el consumo sin haberse deteriorado con la aparición de bacterias, o haber madurado rápidamente.
Los hemos visto, y no sabíamos lo que eran.
El polímero bajo las pechugas de pollo fileteadas, de color blanco, discreto. Era el único producto de pechugas de pollo con el polímero. El único sin exudado líquido en el interior. Comparados, con la misma fecha de caducidad. También observé que en la etiqueta de este envase constaba que el proceso de envasado se había realizado en condiciones de atmósfera protectora.
El envase alimentario no informa del añadido de ese polímero, con lo cual tampoco sabemos si su función es de absorber el exudado del alimento, o también le añade alguna sustancia antimicrobiana o conservadora.
El envase alimentario no informa del añadido de ese polímero, con lo cual tampoco sabemos si su función es de absorber el exudado del alimento, o también le añade alguna sustancia antimicrobiana o conservadora.
El polímero de la base, del mismo color de las frambuesas, discreto también. Y también sin información al consumidor de su aportación ni su función de mejora de conservación del alimento.
ENVASES INTELIGENTES, por contra, sí informan al consumidor. Su objetivo es informar al consumidor.
La información es visual.
Informa al consumidor sobre el estado de maduración, si es fruta; si está fresco, si es pescado, carne o verdura; su temperatura; el grado de humedad; si ha roto o no la cadena de frío que el producto necesita para que no se deteriore y pueda servir de alimento sin peligro para la salud, o que conserve sus característica organolépticas que esperamos de él.
Para ello en el envase ha de incorporarse una serie de sustancias capaces de sufrir cambios según el alimento se vaya deteriorando.
Además el envase ha de añadir sensores capaces de detectar rápidamente esos cambios en las sustancias sensibles incorporadas, y en base a esa detección rápida poder informar al consumidor sobre la calidad y seguridad del alimento envasado.
Estos nanosensores alimentarios pueden ser enzimas, orgánulos, células, receptores biológicos, anticuerpos o ácidos nucleicos, capaces de convertir señales producidas por el deterioro del alimento (de naturaleza nanomecánica, térmica, eléctrica, óptica, etc) en una señal en el envase, detectable por el consumidor.
Detector de presencia de fugas: pastilla introducida en el envase (la pastilla está en un pequeño envoltorio transparente para evitar que interaccione con el alimento), visible a través de la capa plástica transparente que recubre el alimento, que lo con un porcentaje de oxígeno menor a 0,1% tiene color rosa, si pasa a tener más oxígeno del 0,5% se vuelve azul.
Crecimiento de patógenos: la detección del patógeno -un anticuerpo específico de un microorganismo concreto- provoca la aparición de otra línea en el código de barras, y con ello se hace imposible la lectura del mismo en caja, por lo que no se puede vender.
Indicadores de frescura: indican el grado de maduración de la fruta envasada, cambiando de color de más claro a más oscuro.
Las tendencias indican que se van a desarrollar más sobre todo dos tipos:
- Portadores de datos, basados en etiquetas de códigos de barras
- Identificadores por radiofrecuencia, que informan del tipo de producto, fecha de envasado, indicadores de incidencias en el envasado (tiempo, frescura, gases, temperatura, etc.)
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